Hacia un Nuevo sistema Político y Constitucional

El ocaso de un sistema planteada por Salvador Valencia Carmona

Por Adylenne Arzeta Anaya, Boca del Río, Ver.

Al aproximarse las campañas electorales en nuestro país, es conveniente hablar un poco sobre el sistema político en Mexico y el ver como éste ha ido perdiendo credibilidad, gracias a las acciones de los políticos. Desde su origen, el sistema político mexicano fue polémico y provocó una floración de teorías. Cierto que en sus primeros años bastó la explicación de que se trataba de un régimen singular, surgido de un movimiento revolucionario, que incluso se encaminaba hacia la democracia.

Después se empezó a subrayar el carácter autoritario del régimen –en una interpretación muy conocida de éste– se dijo que se trataba de una monarquía sexenal absoluta, o cuando menos de una aplicación «desviada» o «deformada» del régimen presidencial, a medio camino entre el autoritarismo y la democracia. Con las elecciones federales de julio de 2000, se marcó el agotamiento del viejo esquema, aunque seguimos todavía inmersos en un proceso de transición que debe conducirnos a un nuevo sistema político y constitucional.

El sistema político con el paso de los años se ha ido deteriorando porque se han venido exhibiendo signos de averías, y es objeto de vivos cuestionamientos.

Para entender de qué manera fue cambiando el sistema político y las diversas opiniones que despertaba, hay que aplicarle el moderno enfoque del derecho constitucional, para el cual no basta el mero examen formal de la Constitución, sino precisa complementarlo con los datos que arroja la realidad política y social, dado que cualquier régimen político, en última instancia, constituye la «solución política efectiva que adopta una comunidad», misma que se sustenta en una serie de «poderes constitucionales» y «poderes de hecho» que la hacen posible.

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