Historia de la creatividad

Por Karla Sabrina Robles Medina

Si pensamos en la creatividad muchas veces nos preguntamos cómo nació dicho concepto y desde cuándo existe en la historia.

Por suerte voy a explicártelo súper padre –gracias  a que estudie el tema para exponerlo en la clase de Creación Publicitaria en el Centro Universitario Hispano Mexicano–, para que puedas comprenderlo mejor, sin necesidad de leer conceptos raros y aburridos que encontraras en la web.

Para empezar, debes saber que el concepto como tal no existió hasta el siglo XX, así es… hasta hace poquísimo, pero en un momento entraremos en eso.

Uno pensaría que ese concepto fue dado desde que existieron nuestros famosos filósofos y hasta mucho antes cuando el hombre empezaba a descubrir cosas, pero no.

Los griegos nunca tuvieron un concepto como tal que correspondiera con la acción de “crear” y aparte, en esa época solo se tomaba en cuenta los logros técnicos de una obra de arte, dejando de lado la creatividad. Al igual que con productos de trabajo manual, las obras eran valoradas de acuerdo a la perfección lograda bajo las normas y reglas del oficio. Por eso los artistas de esa época eran los barberos, cocineros, etc.

Aun en esta época, en Roma el bien conocido poeta Homero escribe que no solo los poetas sino también los pintores tenían el derecho de atreverse a hacer lo que quisieran.

Aunque en la Edad Media siguieron con la retrograda idea de que el arte no es sinónimo de creatividad… es más, en este periodo de tiempo ni a la poesía se le consideraba como un derivado de la creatividad, ya que como “arte” decían, solo era producto de la destreza y al artista medieval lo comparaban con bordadores, cerrajeros, sastres, tejedores y demás artesanos.

Después de muchos años llegamos a una época increíble en la historia de la humanidad que fue “el Renacimiento”.

Esta época es increíble porque el artista por primera vez deja de ocultar su sensualidad y comienza a plasmarla y expandirla, por lo mismo sale del anonimato, dejando de lado el concepto de artista que se tenía. Se rompen reglas y se acepta el talento creador dentro de la sociedad, muchas veces equiparándose con científicos e intelectuales, y la vanagloria, la fama y el reconocimiento, llegan para quedarse.

Por lo mismo el Renacimiento fue la época con mayor demanda de obras artísticas –principalmente para la iglesia y las cortes– es la época de los estilos, escuelas, de los coleccionistas, del perfeccionamiento técnico y de las revoluciones intelectuales, por lo que el hombre renacentista se daba cuenta del poder de su independencia y creatividad.

En esta época nace Leonardo Da Vinci, del que aprendemos dos cosas básicas de la creatividad: la curiosidad y la observación. Dos conceptos básicos que en el profesor a cargo de la clase de Creación Publicitaria nos ha inculcado en este semestre.

Los escritores del Renacimiento intentaron encontrar la palabra perfecta para expresar la libertad que sentían. Intentaron varias expresiones como “Excogitiato” termino relacionado con la invención, pero todavía el término “Creatividad” no se incluyó.

Fue hasta el siglo XVII cuando el polaco Maciej Kazimiers Sarbiewski (nombre algo difícil de pronunciar, lo sé, pero si lo intentas varias veces te sale y al final suena super padre), utiliza esta palabra para decir que el poeta “crea”.

Definitivamente el termino entró tardíamente en la cultura europea, pero a pesar de eso debemos tener en claro que la creatividad jamás ha estado desligada del artista, mas bien todo lo contrario… es la esencia de su hacer.

En el siglo XIX el término creatividad fue sinónimo de artista y se empezó a emplear en el arte. A partir de aquí el término se aplica a cualquier manifestación cultural, hasta en Ciencia, Política, Economía, etc.

Finalizo con esto: debes saber que hasta apenas en el siglo XX estudiosos descubrieron que la creatividad es algo que todos podemos desarrollar, contrario a lo que se cree. Hasta los que estudian Ingenierías pueden ser creativos en cualquier ámbito de su vida. Así que ya sabes, solo sigue los consejos de Leonardo Da Vinci: se curioso y observador, en todo momento.