Discurso de Clausura – Licenciatura en Comunicación y Publicidad – Generación 2016 – 2020
Buenas tardes a todos los presentes, muchas gracias por acompañarnos en este día tan importante, a pesar de las circunstancias.
Es para mí un verdadero honor estar frente a todos ustedes diciendo estas palabras a mis compañeros:
Compañeros, hoy 17 de octubre del 2020 se cierra una de las etapas más significativas en nuestras vidas llegando a la clausura de nuestra carrera profesional… y es que a más de uno de nosotros se nos ha inculcado que debemos crecer, estudiar y trabajar, sin embargo, lo que no nos cuentan es que el proceso de todo esto será maravilloso… y cuando digo maravilloso me refiero a cada uno de ustedes: mis compañeros
Hoy concluyen cuatro años de compartir juntos alegrías, tristezas, disgustos absurdos, peleas en cada proyecto o evento y pérdidas de seres que amaremos siempre…
Hoy sin duda tengo que decirles “gracias”, porque somos la mejor generación del CUHM, y lo digo con toda humildad…
Fuimos competitivos hasta con nosotros mismos, rompimos las reglas, los márgenes, siempre para proponer nuestras ideas y abrazarnos a nuestras convicciones sin perder nunca nuestra verdadera esencia.
Nos atrevimos a ser los primeros en sacar los Óscar CUHM de la institución, alzamos la voz cuando tuvimos que hacerlo, nos abrazamos en cada tristeza y nos aplaudimos cada exposición aunque no supiéramos tanto del tema… y por si esto fuese poco, una pandemia no nos hizo desistir.
Gracias compañeros, porque supimos ser uno, así como también aprendimos a querernos, respetarnos y valorarnos mutuamente.
Por último, quiero pedirles que nunca den por perdido un sueño sin antes haber luchado por él, vayan contra las normas que nos imponen en la sociedad o en nuestra familia y demuestren siempre que pueden dar más de todo aquello que alguna vez han imaginado; busquen alternativas y distintos caminos que los conduzcan a la vida que merecen.
Gracias por compartir tantos días y horas conmigo, fue un honor haber caminado este tiempo con ustedes. ¡muchas felicidades!
A nuestra amada escuela, el Centro Universitario Hispano Mexicano, nunca habrá palabras suficientes por habernos brindado tantas experiencias que vivirán por siempre en nuestra memoria y corazón.
Tantos momentos en sus aulas. Fue nuestra segunda casa y sin querer, ahí encontramos a nuestra segunda familia que incluye a compañeros, maestros y personal administrativo que día con día compartimos nuestras vidas.
Extrañaremos siempre nuestro patio a veces soleado o a veces lluvioso; cuando en ocasiones tocó salir a las 10 de la noche porque encontramos ahí las herramientas perfectas para tratar de sacar buenas calificaciones en las materias o que fue recinto de los festejos de cumpleaños de muchos de nosotros (alumnos y maestros), siempre con la misma emoción de cantar las mañanitas.
El CUHM, como todos lo conocemos es un lugar mágico verdaderamente, porque era como llegar a un sitio donde los problemas ya no tenían cabida y con gente increíble, pudimos siempre alivianar las jornadas escolares.
Un personal maravilloso que sin duda cimentó nuestras vidas, siendo maestros no sólo del aula, sino también de la vida.
Y cuando digo eso, me refiero a personas como la maestra Seidy Torres Zamudio, que sin duda fue nuestra mentora en todo este trayecto, una mujer admirable por su capacidad para enseñar y sobre todo, caminar hombro a hombro con cada alumno, sin rebasar límites profesionales.
Gracias maestra, porque en muchas ocasiones puso de su bolsa dinero para cubrir gastos en eventos, que para nosotros no era posible, por cuidarnos desde una laptop, hasta las faltas de cada semestre, pero sobre todo gracias por hacernos más humanos y capaces, por enseñarnos que los límites los ponemos nosotros y que cada uno llegará muy lejos. ¡Gracias por su amor a esta universidad, hasta siempre!
Maestro Miguel Alfonso Bravo, cada clase con usted fue una experiencia grata, ya que entre risas nos enseñó las técnicas de ventas, pero también las técnicas para ser buen profesional y ser humano en la vida. Con su característico sentido del humor supo ganarse nuestro cariño y respeto, incluso algunos tenemos la dicha de llamarlo “amigo”. Gracias por sus enseñanzas, por nunca decir “no” cuando más necesitamos de su ayuda dentro o fuera de la escuela, para realizar proyectos profesionales. Que esa risa peculiar, nunca deje de escucharse.
Licenciada Mercedes Ramírez Llaca, rectora de nuestra universidad, gracias por comandar la institución y ser la causante de que muchas generaciones, sigan construyendo un país mejor, sepa que seguiremos representando al CUHM y a nuestra ciudad a donde quiera que vayamos. Su visión será siempre de pionera, deseo que mantenga siempre la mejor calidad educativa que ha formado a varias generaciones y no permita nunca que este compromiso escolar desaparezca. ¡Muchas gracias!
Agradecimientos especiales:
Al maestro Gabriel Ferrer, por su paciencia y su conocimiento, así como también por su peculiar carácter que nos hace esmerarnos el doble en cada proyecto. Fuimos la generación que lo vimos convertirse en papá y vivir el cambio radical que seguro la paternidad trajo a usted (y que nosotros agradecemos).
A la maestra Jazmín, por esas risas y pláticas desde la ventana de servicios escolares al ir a solicitar un documento, por sus paletas cada 14 de febrero, por haber estado en los pasteles de algunos de nosotros, siempre con su radiante sonrisa y porque aún con un percance, tenemos Jazmina del CUHM para rato.
Al maestro Fito Aguirre, por apostarle siempre al talento CUHM y ser el puente directo a empresas grandes como Televisa Veracruz, donde muchos compañeros tuvimos la suerte de realizar nuestras prácticas profesionales.
A Paty, Chelo, Rocío, Norma, a la contadora Silvia… por acompañarnos cada día con un trato digno y lleno de respeto.
Por último y no por menos importante, sino porque hablar de este señor es cosa seria… a don Martin, porque con él nos quedó claro que pocas veces nos encontramos en la vida personas tan nobles, de buen corazón que siempre tienen una risa, un buen trato y sobre todo un consejo que alegraba nuestros días al entrar por la puerta; cuando en los eventos recogía junto con nosotros o cuando nos regalaba cosas para nuestros convivios de su dinero. Gracias don Martin, porque ojalá que todos en la vida, tuvieran a un amigo como usted.
Me despido, no sin antes volver a desearles el mayor de los éxitos a mis compañeros para el proyecto que emprendan en el andar de su vida. ¡Muchas felicidades y muchas gracias! ¡Lo logramos!
Con cariño, Rodrigo Cruz Sánchez.